sábado, 3 de julio de 2010

DÍAS EN LEH

Leh, capital de Ladakh me acogió tranquila. Esta es la zona más amable de todo India. La temporada turística de Ladakh se limita a los meses de verano pues el resto del año permanece aislada por tierra. Aquí los precios son altos y las calidades bajas. En Nepal hay electricidad unas horas al día, siguiendo un horario establecido. En India esta va y viene. En Ladakh la electricidad casi siempre se va, o directamente, no está. Tampoco hay internet, salvo de forma intermitente y según se porten los vecinos del valle de Cachemira, que tienen en el corte de las comunicaciones uno de sus principales entretenimientos reivindicativos.

Ladakh es un conjunto de valles situados en el interior de la cordillera del Himalaya, en el punto en que el Gran Himalaya se renombra en Karakorum. El norte y este hace frontera con Tibet con algún pico cercano a los 8.000 metros, y al oeste lo hace con Pakistán, estando los dos países siempre a la gresca por quién es el dueño de la tierra. Yo voy con India.

Ladakh es un antiguo reino budista tibetano con su propia lengua, el ladakhi, diferente al tibetano. Forma parte de India y del estado de Jammu-Cachemira. El alto himalaya que lo rodea lo convierte en desértico salvo en el fondo plano de sus valles, aunque en los últimos tiempos han empezado a aumentar significativamente las lluvias.

Me alojé en el hotel Kang-La a un centenar de metros del centro de Leh. La habitación resultó ser algo tristona y fría, con baño ultracutre añadido de mala manera.

Paseé un rato por los alrededores y cuando llegó la medianoche bajé a ver el partido España - Chile del mundial, en la tele de la oficina del hotel. Cual no fue mi sorpresa cuando vi que uno de los trabajadores del hotel utilizaba el suelo del lugar para dormir. Por señas llegamos a un acuerdo de convivencia en el que yo vería la tele y podría realizar cualquier tipo de celebración, mientras esta no emitiera ningún tipo de sonido.

A la mañana siguiente me encontré en la terraza del hotel con Jesús, un canario que terminaba sus vacaciones de casi dos meses en Ladakh, y que las había compartido con otros amigos en lomos de sus bicicletas de montaña. Tiene una tienda de surf en Tenerife a cargo de empleados de confianza y él sólo revisa las cuentas. Se dedica a viajar. Esta no era la primera vez que visitaba Ladakh y su próximo destino, en octubre, será Nueva Zelanda.

Jesús me explicó los itinerarios más interesantes para hacer en moto bajo su experiencia en bicicleta. Seguimos charlando y nos fuimos a comer, donde aparecieron sus otros dos amigos, Jorge y su novia (tenía nombre realmente difícil) que venían de una excursión en moto a los monasterios cercanos. También nos vimos al día siguiente, antes de su vuelta a España, para ver el Inglaterra-Alemania.

Una mañana me marché a visitar el palacio de los reyes de Ladakh, ahora deshabitado y en estado algo ruinoso. Los actuales reyes, ya sin corona, viven en una población cercana de forma discreta regentando un guesthouse.

Primero ascendí a un cerro pegado al hotel y que tiene una pequeña gompa (templo) cerrada a cal y canto. Desde este lugar pude admirar Leh en todo a mi alrededor, con el palacio y el castillo de Tsemo, y las montañas de Kardong detrás. Al otro lado el valle del río Indo con la cordillera de Zanskar limitándolo.





Descendí la colina y atravesé el Main Bazar y el Leh antiguo, de casas de bloques de barro, ascendiendo hacia el palacio. La visita al palacio, tras pago de entrada, la hice guiado por el hijo del guardés, un niño muy simpático aunque mudito. La gompa o templo del palacio es el lugar mejor conservado junto con el patio de armas y el salón principal, que acoge la exposición sobre el palacio y sobre Ladakh.



Después me dirigí al templo y castillo de Tsemo que por encima del palacio ocupan el monte contiguo. El templo es una caja que alberga un gran buda en la penumbra. Las vistas son magníficas sobre el valle.

Más arriba subí hasta lo más alto que pude del castillo en estado ruinoso-peligroso, aunque están trabajando en ello.


De vuelta me pasé a otro cerro desde donde se tienden las banderas de oración hasta el castillo, y donde se tiene la mejor vista del conjunto. Admiráos, mortales.


Cuando empecé el viaje no pensaba haber seguido el mundial de fútbol, pero las opciones de terminarlo de ver en Leh me condicionó mi calendario de actividades. El partido Portugal - España lo vi en la madrudada en el descampado de un restaurante con pantalla gigante y cuyo proyector emitía unos colores tan oscuros que todos los jugadores parecían que habían estado confinados en una cabina de rayos UVA. Menos Iniesta. Estaba con Didac, un barcelonés que hace un recorrido inverso al mío, desde Australia y dando saltos. Le había conocido el día anterior junto a otra española con la que viaja en un restaurante de la parte norte de Leh, en la zona donde hay más israelitas (hay muchos, éxodo).
Mientras tramitaba los permisos de entrada a los valles de Pangong Tsho y de Nubra, y me aclaraba en el cuadrar las fechas para alquilar la motocicleta, un día me animé a coger una bicicleta para recorrer los alrededores. Lo hice en una ONG. El chico checo () que lo llevaba me dio las sugerencias de los lugares a visitar por los alredores.

Equipado con una alforja con todo lo necesario para subsistir y retratar, me dirigí en primer lugar a la gran estupa blanca de Shanti que domina Leh a lo lejos sobre un cerro. Es un templo construido y llevado por los budistas japoneses en este lugar único del planeta para el buen rollito espiritual.

Los 3.500 metros de altura de Leh me ponían sobre la duda de qué tal pedalearía, pero salvo el primer rato, cuesta arriba, algo atragantado, el resto fui como el rayo.

Continué hacia el norte de Leh y visité una pequeña y coqueta aldea rodeada de árboles. Casas encaladas con las ventanas rojas con el cerco negro y pequeños parasoles de madera esculpida, banderas de oración y estupas. La más pura arquitectura al estilo tibetano.


Pasé por detrás del castillo y palacio de y pude admirar las desérticas montañas que rodean Leh por el este. Tras bajar hasta la entrada de Leh por el sur me fui a tomar un descanso.


Continué por la tarde visitando el fuerte Zorawar, ocupado por el ejército. Se puede visitar pero no fotografiar, que los malos no desperdician ninguna oportunidad.


Subí después a otra colina cercana ocupada por unas gompas y unas estupas y de nuevo me pude admirar de una maravillosa vista sobre el valle de Leh.

A la vuelta, el ejército indio me hizo un regalo. En el campo junto al castillo jugaban, con gran energía, un partido de polo. Estuve disfrutando del juego un buen rato, y como yo soy así, ahora os muestro las mejores jugadas:





Dejé la bici muy contento por lo bonito del día, recogí los permisos y me pasé por una tienda de alquiler para apalabrar una moto para el día siguiente. Me di una ducha de agua fría o muy fría, y me dispuse a ver el partido de la jornada.
Me esperaban cinco días de gran emoción y dramatismo geológico subido en una motocicleta indomable.
Tranquilos, estoy casi bien.

5 comentarios:

  1. Hola, Juanjo!cuánto tiempo!, la espera ha merecido la pena, vaya paisajes impresionantes!, me alegra ver que sigues bien.
    Teresa, Amandi y yo estamos intrigadas por saber quién es el de la camiseta negra que llevas y qué pone,parece Camarón pero se nos hace raro!
    En fin, cuídate y sigue disfrutando, este mes me conectaré poco pero en cuanto pueda me pongo al día.
    Besos!
    María.

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  2. Hola María, efectivamente es Camarón, y que no se os haga tan raro, que es la camiseta del Ambrosio (ahora denominado El Riki Taberna).

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  3. Hombre Juan, !por fin¡ Estaba ansioso por saber de tí y de tus andanzas. Veo que te has "abonado" a la India tibetana y al Himalaya.Con lo rápido que fueron tus inicios del viaje, una vez llegado a las altas montañas parece que has ralentizado la marcha y eso debe ser que te encuentras a gusto ahí.
    Bonito partido de polo.
    Bueno tío, sigue bien y no tardes tanto en publicar (si puedes, claro).
    Un abrazo campeón !
    Dani.

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  4. Holaaa Juanitooooo ya estamos todos mas tranquilos ¡¡¡¡
    Nos tenias un poco preocupados.
    Vaya sitios tan preciosos.
    Me alegro mucho que estes bien
    Un besazo ¡¡¡¡
    Aprovecho para decirte que me voy en agosto a New Yor, que diferencia de destinos verdad????

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  5. Saludos, Juanjito como estoy leyendo desde el final hacia adelante, me he enterado de todo de una forma interesante.
    Así que te has visto todos los partidos de Spain del Mundial,más que yo.

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