Ya estoy en Lhasa (Tibet), sigo actualizando el blog por el correo electronico por lo que no puedo ver como queda, ni tampoco leer los conmentarios. Ojos que no ven, corazon que tal.
Bueno, pues el 30 de marzo Jose Carlos y yo cogimos el tren Xining a Lhasa despues de haber estado por algunas tiendas de la ciudad pestilente para ver algo de aparatitos electronicos. Yo estaba bastante afectado por la terrible contaminacion de Xining y andaba echando el moquillo a cada instante.
Desde que entramos a la estacion hasta que estuvimos en nuestro compartimento nos pidieron el permiso de entrada al Tibet en cuatro ocasiones: a la entrada de la estacion, a la entrada al anden, a la entrada al tren y cuando vinieron a comprobar nuestro billete en el compartimento. Y eso que yo me habia planteado en su momento entrar en el Tibet sin permiso (debido a que en el foro LonelyPlanet habia gente que decia que no se lo habian pedido). Cuando este en Nepal pondre en el blog los permisos, ahora prefiero no arriesgar.
El tren, desde luego, que ha sido el mas lujoso y el mas nuevo de todos los que he cogido desde que empece el viaje. El compartimento tenia television plana con auriculares, una ancha cama, luz de leds y toma de oxigeno por si te daba un vaido de camino a Lhasa.
El tren partio a las 14h55 y la duracion del viaje fue exactamente de 24h y 10mn.
El paisaje del Tibet que atravesamos fue espectacular. Las llanuras estaban siempre flanqueadas por grandes montannas, el paisaje cambiaba a cada instante, en un valle se podia ver el terreno, al siguiente estaba cubierto por la nieve y el hielo, en otro habia una tormenta de nieve, a veces lo rios estaban congelados y en otros fluia el agua. En los pastos se podian ver ovejas y jaks, tambien cada cierto numero de kilometros aparecian pequennos puestos de colonos con la bandera de China.
Realmente el escenario era de una gran belleza y es del que llama a ser explorado.
En nuesto vagon viajaban tibetanos y chinos y en esta ocasion no hubo presentaciones ni conversaciones con otros viajeros. Todo el mundo se nos quedaba mirando, pero todo el mundo callaba. Estuve estudiando ingles y escribiendo el diario. Para la cena me tome unos noodles y una cerveza, y como fuera que un rato despues tenia sed y no tenia ningun vaso para prepararme un te que me hubiera venido muy bien para mi medio catarro/alergia, me cogi otra cerveza. Gran error. La cerveza me acabo sentando como un tiro.
Es la segunda vez que me pasa. El primer dia en Pekin, para calmar la sed, me bebi una cerveza (eso si, aqui las botellitas son de 600ml) y como no habia cenado, casi me mata. Y en el tren me paso lo mismo. Atencion amigos, en China la cerveza es venenosa, nada parecido a las cervezas europeas, que son elixires de la eterna juventud etilica.
El caso es que al poco de terminar de beberla ya no pude seguir escribiendo el diario, tuve que acostarme porque me encontraba fatal. La noche fue sencillamente horrible. En el compartimento hacia un calor terrible y tapado con el edredon me asaba y destapado me encontraba incomodo. Finalmente opte por volverme a vestir y dormir destapado. A las 00h se pusieron en funcionamiento las bombas de oxigeno que estuvieron dando aire hasta las 2 de la mannana. No sabia como ponerme porque en cada postura estaba incomodo. Ademas la almohada era similar a las piedras, me dejaba la oreja dolorida. Y todo eso sin dejar de echar mocos.
Por fin amanecio y me desperte con un terrible dolor de cabeza y de ojos, y con sensacion de nausea. La cerveza toxica y la diferencia de altura (Lhasa esta casi a 4000 metros de altura) estaban haciendo extragos en mi organismo. Y eso que tuve que entregar una hoja firmada diciendo que estaba en perfectas condiciones fisicas para ir al Tibet.
Como resolver el problema de mi pesimo estado: ibuprofeno. Me tome uno y luego tome un te e intente desayunar con dificultad, pero una media hora despues mi estado mejoro notablmente, y a la hora ya me encontraba de nuevo perfectamente. Bueno, todavia con moquillo (maldita contaminacion de Xining).
Las ultimas horas del tren las emplee en fotografiar el paisaje y en escribir en el diario.
A las 15h05 llegamos a Lhasa que nos recibio con una mezcla de granizo y nieve y bastante frio. Antes de salir de la estacion nos volvieron a pedir el permiso de entrada al Tibet y no nos dejaban marchar si no venia a buscarnos nuestro guia. Juan Carlos les dijo que para llamarlo necesitabamos internet y como en la estacion no lo habia, el policia se sintio en una encrucijada y nos dejo marchar. Se supone que deberian haber venido a buscarnos, pero alli nadie aparecio.
La estacion de Lhasa, supermoderna, esta bastante alejada del centro de la ciudad por lo que cojimos un coche (que no un taxi) despues de una dura negociacion sobre el precio, para que nos llevaran al palacio del Potala. En el camino, el acompannante del conductor no dejaba de mirarnos y sonreirnos.
En el Potala, Juan Carlos llamo al hotel para que vinieran a buscarnos y mientras, estuvimos fotografiando el palacio, espectacular y muy bello, y saludando a los tibetanos que no dejaban de observarnos cuando pasaban a nuestro lado. Nos recogieron y nos llevaron al hotel. Creian, por error, que llegariamos el dia 1 de abril.
Al poco de llegar al hotel tambien llegaron Daniel y Ruben de vuelo Pekin-Lhasa, nuestros companneros en el tour hasta Kathmandu.
Ya preparados nos fuimos los cuatro a recorrer el centro de Lhasa.
A diferencia de otras ciudades de la China autentica, Lhasa es silenciosa y de aire limpio, los tibetanos en su mayor parte van orando, ya sea con sus collares de cuentas o con sus molinillos de oracion. Muchos devotos van haciendo plegarias mientras se arrastran por el suelo. La gente sonrie y saluda afablrmente. Eso si, la ciudad esta tomada por el ejercito chino armado de AK-47, que ocupa esquinas y patrulla calles del centro de la ciudad. Yo hice una foto a una calle con soldados y vino uno de ellos a decirme que nada de fotos.
Paramos en muchos puestos de artesania tibetana y acabamos de nuevo en el Potala donde nos fotografiamos.
Finalmente nos fuimos a una hamburgueseria a comer unas de pollo, baratas y sabrosas. En el camino de vuelta, paramos en varias tiendas de artesania a curiosear.
Mannana ya empieza el tour, cuyos dos primeros dias son en Lhasa y alrededores. Tendreis mas noticias mias.
Las siguientes fotos apareceran apelotonadas porque esto de enviar las actualizaciones por correo no permite grandes florituras.
Realmente el escenario era de una gran belleza y es del que llama a ser explorado.
En nuesto vagon viajaban tibetanos y chinos y en esta ocasion no hubo presentaciones ni conversaciones con otros viajeros. Todo el mundo se nos quedaba mirando, pero todo el mundo callaba. Estuve estudiando ingles y escribiendo el diario. Para la cena me tome unos noodles y una cerveza, y como fuera que un rato despues tenia sed y no tenia ningun vaso para prepararme un te que me hubiera venido muy bien para mi medio catarro/alergia, me cogi otra cerveza. Gran error. La cerveza me acabo sentando como un tiro.
Es la segunda vez que me pasa. El primer dia en Pekin, para calmar la sed, me bebi una cerveza (eso si, aqui las botellitas son de 600ml) y como no habia cenado, casi me mata. Y en el tren me paso lo mismo. Atencion amigos, en China la cerveza es venenosa, nada parecido a las cervezas europeas, que son elixires de la eterna juventud etilica.
El caso es que al poco de terminar de beberla ya no pude seguir escribiendo el diario, tuve que acostarme porque me encontraba fatal. La noche fue sencillamente horrible. En el compartimento hacia un calor terrible y tapado con el edredon me asaba y destapado me encontraba incomodo. Finalmente opte por volverme a vestir y dormir destapado. A las 00h se pusieron en funcionamiento las bombas de oxigeno que estuvieron dando aire hasta las 2 de la mannana. No sabia como ponerme porque en cada postura estaba incomodo. Ademas la almohada era similar a las piedras, me dejaba la oreja dolorida. Y todo eso sin dejar de echar mocos.
Por fin amanecio y me desperte con un terrible dolor de cabeza y de ojos, y con sensacion de nausea. La cerveza toxica y la diferencia de altura (Lhasa esta casi a 4000 metros de altura) estaban haciendo extragos en mi organismo. Y eso que tuve que entregar una hoja firmada diciendo que estaba en perfectas condiciones fisicas para ir al Tibet.
Como resolver el problema de mi pesimo estado: ibuprofeno. Me tome uno y luego tome un te e intente desayunar con dificultad, pero una media hora despues mi estado mejoro notablmente, y a la hora ya me encontraba de nuevo perfectamente. Bueno, todavia con moquillo (maldita contaminacion de Xining).
Las ultimas horas del tren las emplee en fotografiar el paisaje y en escribir en el diario.
A las 15h05 llegamos a Lhasa que nos recibio con una mezcla de granizo y nieve y bastante frio. Antes de salir de la estacion nos volvieron a pedir el permiso de entrada al Tibet y no nos dejaban marchar si no venia a buscarnos nuestro guia. Juan Carlos les dijo que para llamarlo necesitabamos internet y como en la estacion no lo habia, el policia se sintio en una encrucijada y nos dejo marchar. Se supone que deberian haber venido a buscarnos, pero alli nadie aparecio.
La estacion de Lhasa, supermoderna, esta bastante alejada del centro de la ciudad por lo que cojimos un coche (que no un taxi) despues de una dura negociacion sobre el precio, para que nos llevaran al palacio del Potala. En el camino, el acompannante del conductor no dejaba de mirarnos y sonreirnos.
En el Potala, Juan Carlos llamo al hotel para que vinieran a buscarnos y mientras, estuvimos fotografiando el palacio, espectacular y muy bello, y saludando a los tibetanos que no dejaban de observarnos cuando pasaban a nuestro lado. Nos recogieron y nos llevaron al hotel. Creian, por error, que llegariamos el dia 1 de abril.
Al poco de llegar al hotel tambien llegaron Daniel y Ruben de vuelo Pekin-Lhasa, nuestros companneros en el tour hasta Kathmandu.
Ya preparados nos fuimos los cuatro a recorrer el centro de Lhasa.
A diferencia de otras ciudades de la China autentica, Lhasa es silenciosa y de aire limpio, los tibetanos en su mayor parte van orando, ya sea con sus collares de cuentas o con sus molinillos de oracion. Muchos devotos van haciendo plegarias mientras se arrastran por el suelo. La gente sonrie y saluda afablrmente. Eso si, la ciudad esta tomada por el ejercito chino armado de AK-47, que ocupa esquinas y patrulla calles del centro de la ciudad. Yo hice una foto a una calle con soldados y vino uno de ellos a decirme que nada de fotos.
Paramos en muchos puestos de artesania tibetana y acabamos de nuevo en el Potala donde nos fotografiamos.
Finalmente nos fuimos a una hamburgueseria a comer unas de pollo, baratas y sabrosas. En el camino de vuelta, paramos en varias tiendas de artesania a curiosear.
Mannana ya empieza el tour, cuyos dos primeros dias son en Lhasa y alrededores. Tendreis mas noticias mias.
Las siguientes fotos apareceran apelotonadas porque esto de enviar las actualizaciones por correo no permite grandes florituras.
Hola Juanjo estoy de vacances en el pueblo navegando a 50,6 Kbps. sí a 50,6 Kbps seguro que tú en el tibet vas más rápido.
ResponderEliminarVeo que te sales de la Mahou y te sienta mal cualquier brevaje, PÁSATE AL RON, tú siempre has sido medio pirata de los Mares del Sur.
Me muero de envidia (de la insana)por tu parte actual de viaje.
VAMOS HILLARY o acaso eres Tensing Norway?(Por tu color negrino y tus pelambrera)
SALUDA A LOS OCHOMILES CON RESPETO Y CARIÑO.
Un saludo Zamorano, Villabonense del Puente
Hola Juanjo, no te quejaras nos tienes a todos pendientes de tí. Eso sí, echa el freno o vas a estar de vuelta en España en un periquete.
ResponderEliminarMi hermana tiene la teoría de que frenarás cuando llegues a tierras más cálidas... no sé.
Bueno cuidate mucho, y hazte abstemio, que no parecen sentarte muy bien los brebajes de esos lares.
Bueno, emulando a Emilio, un saludo Vallisoletano.
Frenará en la India! ;-)
ResponderEliminarSaludos desde Tarifa, donde el oceáno Atlántico y el mar Mediterráneo se encuentran y se abrazan.