El sabado partimos Juan Carlos y yo de la estacion oeste de tren de Pekin con direccion a Xining, una ciudad situada justo delante de la meseta de Tibet. La idea era estar lo mas cerca posible del Tibet para, en el momento de recibir el permiso de entrada, comprar los billetes de tren a Lhasa.
Habiamos comprado billetes en lo que aqui se llama hard sleeper, es decir, camas sin compartimento. Habia visto los de los trenes rusos y veia lo duro que podria ser pasar alli varios dias, pero solo uno no me parecia un tiempo como para desesperar. Sin embargo, resulto que el tren chino es mas comodo que el ruso. Mas despejado de gente, mejor ventilado y mas luminoso, me coloque en la litera superior de las tres que hay por asiento. Yo que trepo con facilidad, en este lugar no se me puede molestar, tampoco es facil de ver mis posesiones y ademas tenia muy a mano mi mochila colocada en el estante superior para equipajes.
El viaje transcurrio muy placidamente charlando con Juan Carlos sobre fotografia y sobre anecdotas de nuestros respectivos viajes. Despues de comerme unos noodles, decidi ir al final del vagon a fumarme una pipa y a leer un rato en mi ebook. Por cierto, que me estoy leyendo Los Vagabundos del Dharma, de Jack Kerouac. Ya me queda poco para terminarlo.
Bueno, la cosa es que no pude leer nada porque en seguida que me vieron los chinos ahi plantado con mi pipa y con el libro, empezaron a observarme atentamente. Yo que soy de lo mas amigable, empece a mostrarles las funcionalidades del aparato y todos sonreian y algunos mostraban caras de admiracion. Como empezaron a hablarme me fui a dejar el ebook y volvi con el libro de conversacion de chino. Tras intercambiar algunas frases de cortesia basica, permaneci con un chino a mi lado durante un rato excesivamente largo mientras el intentaba encontrar alguna frase mas en el libro para seguir la conversacion, pero no hubo suerte. Creo que el libro que tengo es un poco malo y cuesta demasiado encontrar las cosas.
A las 22 horas apagaron las luces del vagon y todos lo chinos se fueron a dormir. Ni Juan Carlos ni yo, que somos ibericos (pero no comemos bellotas), admitimos tal situacion y estuvimos charlando y escribiendo en nuestros respectivos diarios hasta casi la una de la madrugada. Dormi estupendamente salvo porque a las siete de la mannana ya se oian mensajes y musica por la megafonia del vagon. Hice caso omiso, y continue durmiendo hasta las 10h.
La mannana transcurrio como la jornada anterior. El tren en su camino a Xining se va adentrando en un terreno arido y cada vez mas escarpado con montes y colinas con escasa cubierta vegetal y repletas de torrenteras. Comi un menu de zafarrancho por 15 yuanes (un euro y medio) y una cerveza por 5 yuanes. La comida era algo picante, pero me tengo que acostumbrar porque en meses sera lo que coma.
Una vez llegado a Xining nos pusimos a buscar un hotel. En el primero nos dijeron que no nos admitian, los detalles los desconozco, pero seria porque no admitian a extranjeros. Buscamos en alguno mas y nos quedamos con una habitacion doble, tipo tres estrellas por 100 yuanes la noche (unos 11 euros). Despues de acomodarnos nos fuimos a dar una vuelta.
Xining es una ciudad sucia, contaminada y fea de mas de dos millones de habitantes. El aire es casi irrespirable y se estan construyendo multitud de edificios de 20 plantas o mas. Como ciudad tiene unos cero atractivos, pero es la entrada al Tibet.
Una peculiaridad de Xining es que al estar en una encrucijada de caminos (era la entrada al Tibet de la Ruta de la Seda y de la Sal) la poblacion es una mezcla de chinos normales, con chinos musulmanes y tibetanos)
Juan Carlos y yo comenzamos a andar por las zonas de puestos y tiendas; casi todo el mundo se nos quedaba mirando, ya que aqui no estan acostumbrados a ver a turistas; ademas mucha gente nos saludaba con un Hello o un Goodbye y nos sonreian. Al ser Juan Carlos fotografo, tiene bastante desparpajo para fotografiar a la gente y yo, que ando aprendiendo, le fui imitando. Resulto que la gente de Xining es de lo mas risuenna y agradable, y la mayor parte de ellos posa alegremente para fotografiarse, por lo que pasamos un buen rato saludando a la gente y echando fotos. Aqui podreis ver un buen ejemplo de ello.
Ademas en el hotel pudimos apalabrar una excursion a un lago de la region que dicen que es el mas bonito de China. La contratacion fue todo un espectaculo puesto que en el hotel no hablan ingles y en la agencia de viajes casi tampoco. Ademas el libro no ayuda lo suficiente.
Por ultimo estuvimos en un cibercafe y cenamos en una hamburgueseria China a 20 yuanes (2 euros) el menu completo.
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