Estaba completamente dormido cuando en medio de mi sueño oí un coro de voces y un fuerte golpe. Al momento me despertó Roscko: habíamos llegado a Moscú. Eran las 6h39, pero en mi reloj ponía 5h39 ya que Rusia es una hora más que en Ucrania (y dos más que en Europa occidental). Me dijo que me diera prisa en recoger y se despidió de mi. Enseguida pasó el revisor (compruebo que en estos países hasta un simple botones va vestido como un comandante) y supongo que me dijo que me fuera echando leches. Recogí lo más rápido posible y salí a la estación todavía de noche. Hasta las 12h no me podía presentar en el hotel.
El aspecto de las salas de espera eran algo aterradoras: gente siniestra a veces en grupos, otras solos; muchos durmiendo sus borracheras, familias de provincias esperando, olor a vómito... me resultó muy difícil decidirme dónde colocarme. Donde había hueco es que había algún tipo o grupo de mal aspecto, y en donde había poco hueco no me sentía con ganas de apelotonamiento. Finalmente, opté por una zona donde se había abierto un hueco y resultó que a mi lado y en frente estaban unos tipos borrachos y heridos, quizá por alguna pelea. Aún así aguanté allí unas horas e incluso me quedé dormido con la mochila atada a mi pierna. Después me cambié y me fui con una familia de mujeres provincianas que acarreaban con una tonelada en bultos.
La situación que presentaba la estación es totalmente comprensible: la gente vagabunda no puede permanecer en la calle porque morirían congelados, por lo que una estación, si bien no es un lugar cómodo, sí al menos es caliente.
Pero no todo era un espectáculo lamentable. También pululaba por la estación gente de lo más corriente, y de vez en cuando pasaba alguna mujer de aspecto impresionante: alta, cabellos rubios, falda corta y largas piernas y vestida con abrigo y gorro de fina peletería.
Allí permanecí hasta que a las 11h15 decidí marchar al Hotel Asia en un barrio del extrarradio moscovita. Me fui a la estación de metro y pedí un bono de 5 viajes, pero me dieron uno sencillo. Siguiendo el mapa del metro que tenía impreso llegué sin mayor contratiempo a mi estación. Todo estaba nevado y en la calle había multitud de puestos de bebida, comida y baratijas. Enseguida vi el alto edificio de hormigón al que debía dirigirme y que estaba presidido con un gran cartel luminoso de letras rojas. Me resultó máss dificil encontrar la puerta para entrar. Resulta que en ese establecimiento, que es un hotel, operan multitud de empresas ocupando las habitaciones. Di mi reserva a un guarda de seguridad y bajó un tipo que hablaba inglés y que me dio instrucciones a mi y a una de las recepcionistas de aquel lugar.
Cuando al rato desperté me encontraba débil y sin muchas ganas de hacer nada. Aún así bajé antes de las 18 horas a la compañía de viajes a la que les había reservado la habitación y les pedí un mapa de Moscú.
Después me vestí y me lanzé a la calle. Mi idea era recorrer esa parte del extrarradio. Como mi habitación estaba en el piso décimo, estuve observando los alrededores para poder orientarme.
Regresé a la habitación y salí a las escaleras de emergencia a fumarme una pipa, probar el vodka de Alexander y escribir en mi diario. Rendido, me acosté y quedé automaticamente dormido.
Nota al margen: no penséis que voy a tener siempre una narración tan pródiga. Es que en el hostel de Moscú desde donde estoy escribiendo esto ahora mismo, hay un ordenador de uso libre con conexión a internet, me estoy tomando una cerveza y escuchando electro-jazz en mi reproductor de mp3. Buen rollito.
Vaya decoración de maripositas en la habitación, es digna de una película porno,tu afoto en porricas confirma mi teoría del destape.esa botellica anaranjada tiene una pinta explosiva.La típica chica de los trenes, no será la misma que aparece en las curvas de las carreteras sinuosas y oscuras?
ResponderEliminarMira a ver si se te pone la muñeca negra con la pulserita de la delgaducha, no tiene pinta de ser de plata....
Un saludo extremeñito.
Me esta encantando, esto es como una novela por fasciculos, estoy enganchadisima jajaja
ResponderEliminarmucho besos juanito